La crítica a la educación física y salud es una crítica al sistema educativo en su conjunto
Por Mario Ramírez Flores, Miembro de Tod@s a la Moneda Santiago Poniente
Me cago en las nuevas bases curriculares de educación física, me cago en su "educación física y salud" porque claramente no es más que una forma gatopardezca de cuadrarse con los objetivos e intereses implícitos o explícitos de la fusionada maquinaria neoliberal estatal-empresarial, en la cual la lógica que opera se trata de "cambiar todo para que nada cambie".
Una vez más la educación física como asignatura escolar es utilizada para objetivos y fines no educativos y formativos, sino que instructivos- adoctrinadores y de-formativos, pero esta vez con contrabalences (adornos como talleres, proyectos de "beneficencia", entrega de materiales didácticos, apoyo técnico, técnicos y más técnicos, subsidios por doquier, participación de "profesores especialistas" en el área -todos venidos de la competencia deportiva y administrativa- , entre otras minucias y engaños) que hacen parecer esta ilusión un verdadero avance en el curriculum de este noble pedagogía; para seguir resistiendo el "modelo social de mercado", desde esta asignatura, a transformaciones sociales emancipadoras que nacen de la crítica al statu quo injusto, opresor y carente de una convivencia en equidad. Y que mejor para el logro de lo anterior que el Control de los cuerpos, porque cuando la corporeidad se controla es más sencillo aplanar conciencias en el "panóptico escolar", luego, se hace más fácil disponer de una masa humana monitorizada, se hace más simple mover a un rebaño, de un corral a otro, si este movimiento es a mayor velocidad, fuerza, resistencia y flexibilidad; ojalá con la fatiga y el impacto fisiológico necesario para reducir los índices de grasa y, de paso, solucionarle el problemazo cultural al estado subsidiario que bastantes lucas entrega a los empresarios y administrativos de la educación para una promoción de calidad y no para una Educación de Excelencia.
En consecuencia de lo anteriormente expuesto, no queda más que reconocer que estamos observando hoy una educación física con anteojeras neopositivistas, puesto que se concibe su operar de forma lineal, reduccionista, atomizada y estandarizada; instalándose la lógica objetivista que abordando y preocupándose por aspectos individuales medibles, cuantificables y calculables de los educandos deriva en la creencia que se van a resolver problemas de naturaleza más compleja que no sólo atañen a la labor formativa de esta asignatura, sino que derivan en gran medida de un problema o crisis sistémico, que trasciende el sistema educativo. En consecuencia vemos que la crítica a la educación física y salud es una crítica al sistema educativo en su conjunto, que a su vez asciende a una crítica a la institucionalidad, al modelo imperante; porque la educación nunca ha caminado en la historia separada de los procesos económicos, sociales y políticos de una civilización.