CRECIMIENTO ECONÓMICO, DESARROLLO Y NEOLIBERALISMO.

CRECIMIENTO ECONÓMICO, DESARROLLO Y NEOLIBERALISMO.

    El cambio, más allá de las porfías de algunos y algunas, es una condición natural de los seres humanos, nacemos, crecemos y morimos, en este lapso de tiempo aprendemos, nos construimos y de-construimos, lo mismo ocurre con el lenguaje, elemento central de nuestra porfiada humanidad, ya que sin él no existiría la historia, en otras palabras no podríamos aprender todo y de todo.

         Al mismo tiempo, debemos entender que existen cambios que se producen por cuestiones azarosas y otros que son totalmente intencionados, cuando éstos últimos ocurren, es porque existe uno o más objetivos detrás de dichos procesos y lo mismo ocurre con el lenguaje, ya que éste representa las diversas representaciones sociales, es así que cuando hablamos de una mesa todos entendemos a que nos referimos, independientemente de cuantas patas pueda tener esta mesa, o si para construir una utilizamos madera, ladrillos, metal, vidrio o plástico, esta seguirá siendo una mesa.

         El tema de nuestro título, se refiere específicamente a un conjunto de cambios conceptuales, totalmente intencionados que se han venido realizando en el último tiempo en nuestro país y en el mundo entero, ejemplo de ello es la transformación del concepto de pobreza, la que hoy ha dejado de serlo, ya que actualmente evitamos hablar de los pobres, esto es porque en nuestra realidad ellas y ellos son identificados como población vulnerable o en riesgo social. Esto mismo ha ocurrido con los conceptos desarrollo, crecimiento económico y nuevo liberalismo, que en la práctica es nuevo conservadurismo.

    El desarrollo es un concepto bastante viejo, y es una palabra posicionada por el modelo liberal o capitalista, que expresaba la esperanza de que en la medida que el modelo ideológico se instalara, crecería el bienestar de las personas, por lo mismo se entendía bajo esta postura, que el desarrollo económico y social hacía referencia al capital humano y capital social de una sociedad, o que implicaba directamente una situación que debería ir evolucionando a un cambio positivo en las relaciones de los individuos, los grupos sociales y las instituciones de una sociedad. En otras palabras el “Desarrollo Económico y Humano”, perseguía el bienestar social.

    El concepto desarrollo, es una respuesta política e ideológica frente al avance del socialismo a nivel mundial, en otras palabras, con esta premisa el capitalismo aseguraba que podía igualar las condiciones materiales de existencia en que se vivía en el bloque soviético. Producto de esto, es que efectivamente los procesos de desarrollo, materialmente fueron mejorando en alguna medida las condiciones de vida de la población, incluso otorgando algunos derechos, los que bajo el neoliberalismo se han perdido.

    En este marco, el desarrollo y la modernización se transformaron en los ejes centrales de los países capitalistas, ya que bajo la premisa que establecía que la construcción de empresas, generaba trabajo, expresado en salarios, y estos en consumo, bajo esta lógica se mantenía y perpetuaba el siclo económico. En otras palabras, trabajadores con remuneración pueden adquirir lo que las diferentes empresas producen.

    El desarrollo se profundiza gracias a las diversas crisis económicas que el mismo modelo capitalista genera, pero principalmente por el miedo al socialismo. Es bajo a estas condiciones que se va desarrollando lo que se conoció como capitalismo de bienestar, que establece un conjunto de políticas sociales tendientes a generar un equilibrio entre las y los trabajadores y su contraparte los empresarios. Esto se tradujo en una mayor intervención del Estado en el que hacer económico, tanto en la creación de empresas públicas como en el aumento sistemático de los impuestos a las empresas, ello acompañado con un marco regulatorio que limitaba los procesos de concentración económica y que al mismo tiempo, protegía medianamente los derechos de las y los trabajadores. El control de la economía por parte del Estado tenía como finalidad generar los recursos necesarios para financiar un conjunto de derechos sociales.

    Esto lo podemos observar claramente en los videos de Michael Moor, quien defiende al capitalismo de bienestar, acción que también realiza Naomi Klein en su libro y video titulado “La Doctrina del Shock”, con esto damos a entender que estos actores sociales no defienden el socialismo, ni menos aún desean construir una sociedad marxista en EEUU y Canadá, ellos lo que exponen es la necesidad de regresar a su antiguo modelo de capitalismo de bienestar. En otras palabras él y ella tienen una postura crítica frente al neoliberalismo.

    El modelo de bienestar también se instaló en Europa occidental, producto de esto es que en la memoria de los mayores, personas de 40 años y más, quienes ponen como ejemplo los modelos de desarrollo de Francia, Inglaterra, Holanda, Alemania y Bélgica, los que identificaban como Estados de bienestar. Es necesario aclarar que los países bajos como Suecia, Dinamarca y Finlandia, lo que se instaló fue una Social Democracia, algo así como un modelo mixto, que a pesar del avance del nazismo aún se mantiene.

    El capitalismo de bienestar, como lo expusimos mantenía un control férreo de los impuestos a los empresarios, esto también se hacía efectivo a los aranceles de exportación e importación de bienes, lo que se explica principalmente por la necesidad de estos gobiernos de proteger sus economías internas, en otras palabras, el establecimiento de impuestos a las importaciones busca proteger la industria nacional, ya que aranceles elevados suben el precio de los bienes importados, evitando de esta forma una competencia desleal entre el producto nacional e importado. Esta política persigue defender finalmente las plazas de empleo existente en el país. Esto se identifica como una economía proteccionista, política que está aplicando actualmente Trump, presidente de EEUU.

    Por otro lado, cuando en el capitalismo de bienestar se hablaba de inversión externa directa, se hacía referencia a que los privados extranjeros traían su dinero para construir y desarrollar empresas en el país, lo que se consideraba positivo ya esto se traducía en un aumento real en las plazas de empleo y en un posible incremento de los salarios para las y los trabajadores, repercutiendo en el consumo interno y el aumento de los recursos del Estado vía el cobro de más impuestos a dichas inversiones y ganancias.

    Los teóricos y políticos de este modelo, comprendían que para mantener el equilibrio entre empresas, trabajadores y trabajadoras, era necesario realizar constantemente leyes que limitarán el poder de los empresarios, en otras palabras crear marcos regulatorios del que hacer empresarial para limitar su accionar, además este modelo potenciaba la organización de trabajadores, en otras palabras a los sindicatos, ya que se asumía que las y los trabajadores organizados presentaban direcciones con las cuales se podía negociar y organizar la producción. En la medida que el capitalismo de bienestar avanzaba fueron apareciendo nuevos modelos que profundizaban la intervención de las y los trabajadores en los procesos productivos, tales como el de “Calidad Total”, “Sistema Kaizen” o el “Modelo Deming”, que postulaban una mayor asociación entre empresarios, las y los trabajadores. Pero esto fue visto como un peligro para los conservadores ahora denominados neoliberales.

    Ustedes a esta altura deben asumir que estoy defendiendo al capitalismo de bienestar, aunque pueda parecer que es así, no lo es, pero es necesario presentar algunas características de los modelos económicos en disputa, con la finalidad de al momento de iniciar la caracterización del neoliberalismo o neoconservadurismo se pueda observar claramente sus diferencias.

    El capitalismo de bienestar, finalmente es cuestionado por un teórico alemán radicado en Inglaterra, de nombre Friedrich Von Hayek, que expone directamente que el capitalismo o liberalismo económico ha sido totalmente derrotado por el socialismo, y producto de este hecho es necesario regresar a los principios fundamentales del liberalismo económico. Expresaba directamente que los males de la actual sociedad (la de pos segunda guerra), en primer lugar se encontraba en decadencia debido a las limitaciones de la libertad empresarial o libre iniciativa, que realizaba directamente el Estado, además exponía que las empresas se encontraban secuestradas por los sindicatos, por lo que estos debían ser erradicados, ya que son un peligro para la libre competencia. Von Hayek postulaba la necesidad de iniciar un proceso de desregularización de la economía como única posibilidad de alcanzar el crecimiento económico.

    Las palabras de este teórico fueron escuchadas por un pequeño grupo de sujetos, quienes comenzaron a masificar esta propuesta, entre los más destacados para las ciencias sociales se encontraba Karl Popper y Milton Friedman. El tema es Von Hayek, Popper y Friedman, postularon regresar a los principios básicos del liberalismo clásico, o sea retroceder 300 años en la historia y a eso lo llamaron nuevo liberalismo, o como lo conocemos mejor, neoliberalismo. En otras palabras tomaron algo viejo superado por la historia y nos aseguraron que era totalmente nuevo, el cuento es que la gran mayoría de la población asumió que esto era así, incluso algunos han llegado a proponer y asegurar que el neoliberalismo es la fase superior del capitalismo, que por lo expuesto se podría entender que, dichas afirmaciones que aseguran que esto es nuevo, están totalmente erradas.

    El neoliberalismo se instala como propuesta teórica en diversas universidades del mundo, y en Chile particularmente en la escuela de economía de la Universidad Católica, la institución más conservadora de la nación. Los economistas de esta universidad, posteriormente fueron becados para estudiar en la Universidad de Chicago EEUU, donde son adoctrinados por M. Friedman, quienes posterior a su regreso al país se suman a la lucha contra Allende y su gobierno, aliándose con Jaime Guzmán y los gremialistas. En agosto de 1972 los economistas educados en Chicago inician el proceso de elaboración del “Ladrillo”, texto político, económico e ideológico que cuestiona a la economía nacional y propone un nuevo modelo, el neoliberal, los autores de este libro fueron los economistas Andrés Sanfuentes, Juan Villarzú y José Luis Zabala Ponce. La premisa que expusieron los neoliberales fue que la economía chilena estaba estancada y era necesario y urgente reactivarla y que ellos tenían la fórmula para hacerlo. Una vez ejecutado el golpe de Estado por la Democracia Cristiana y sus militares, se produce en 1976 un segundo golpe blanco, momento en el cual los DC y los militares que organizaron el golpe salen todos del gobierno de la tiranía, y asumen los famosos Chicago Boys, hecho refrendado con la visita de Milton Friedman y José María Estriba de Balaguer máxima cabeza del Opus Dei mundial quien santifico el hecho.

CHILE AL INICIO DEL NEOLIBERALISMO

Retomaremos la discusión inicial, que apunta a las diferencias del crecimiento económico versus el desarrollo. Al momento ya hemos expuesto quienes y por qué se establece la necesidad de desarrollar a los países subdesarrollados, y al mismo tiempo, expusimos algunas de las características del capitalismo de bienestar. También ya relatamos el cuestionamiento de los neoliberales al modelo de bienestar y cuáles serían sus objetivos generales. Un elemento importante es destacar que los dos modelos, neoliberal y liberal exponen la misma propuesta a nivel discursivo, pero en la práctica son opuestas. Finalmente, los autores del Ladrillo aseguran que su modelo es mejor porque finalmente industrializará al país.

    La pregunta es cómo se encontraba el nivel de desarrollo económico en Chile para 1973, momento del golpe de Estado. Para esto nos remitiremos a Fernando Dahse, quien 1979 publica su libro “Mapa de la Extrema Riqueza”, texto que expone los procesos de concentración económica a partir del golpe y la instalación de la tiranía cívico militar. Dahse describe que “En el periodo 1970 y 1973 el Estado procedió a intervenir o requisar 259 empresas y adquirió la propiedad en forma minoritaria o mayoritaria, por medio de la CORFO y sus filiales, de 183 empresas y las acciones de 19 bancos comerciales. De esta cifra se desprende que el Estado controlaba a través de la CORFO, directa o indirectamente, 533 sociedades, cuyos rubros de actividad iban desde la investigación hasta las financieras, cubriendo prácticamente todo un espectro de actividad económicas y sociales[1]”. En otras palabras el Estado Chileno para 1973 era propietario de 274 empresas en diferentes niveles de propiedad, ya que controlaba el 10% de 52, entre el 10% y el 50% de 20 empresas y más del 50% de 202. Entre las que se encontraban 19 bancos comerciales. Esto sin contar las empresas privadas existente en dicho periodo en el país. Un hecho relevante es que para ese periodo la distribución de la riqueza o ingreso, era totalmente opuesta a la que existe hoy en el país, ya que los y las trabajadoras obtenían el 60% de la riqueza nacional.

    La propuesta neoliberal fue aumentar el nivel de industrialización antes expuesta, en otras palabras prometieron al país crear más empresas, de esa forma transformarnos en un país desarrollado y moderno, para de esta forma mejorar las condiciones de vida de las y los trabajadores. En la práctica y como usted puede confirmar, dicha promesa no se cumplió, y ocurrió todo lo contrario.

    Chile en manos de los neoliberales y gremialistas, comienza un proceso de apertura económica, que permitió el ingreso masivo de bienes importados, lo que se tradujo inmediatamente en una competencia desleal en un mercado reducido como el chileno. Las consecuencias de esta política fue que las empresas privadas del país comenzarán a desaparecer, y en este proceso se produjera un cambio estructural  de la economía nacional y del empleo.

    La destrucción de empresas nacionales y de fuentes de trabajo nunca se ha podido recuperar. Pero la intención neoliberales nunca fue aumentar las plazas de empleo y menos la de alcanzar el desarrollo, todo lo contrario, su objetivo primario, como lo planteo Von Hayek, fue destruir el sindicato, la organización de las y los trabajadores, y esto se ejecutó por medio de la destrucción de las empresas.

    Como ya fue expuesto para 1973 el Estado chileno controlaba o era propietario de 533 empresas y sociedades, de las cuales  solo 259 fueron traspasadas al Estado vía intervención o requisadas, además era propietario de 274, que fue creando, invirtiendo o adquiriendo durante el periodo desarrollista, en la actualidad solo quedan 32[2] empresas del Estado. Debe quedar claro que las empresas intervenidas o expropiadas fueron reintegradas a sus antiguos propietarios, el cuento es que las restantes fueron vendidas, en otras palabras privatizadas, a valores muy por debajo del real.

    Esto ha sido conocido como el saqueo del Estado, y de esta forma lo expone Alicia Gariazzo: “La Contraloría General de la República informó que gran parte de las empresas privatizadas fueron vendidas a un precio de venta inferior a su valor libro. Según sea el método de cálculo, las pérdidas oscilan entre un 27, un 42 o un 62% del capital vendido y el cálculo neto que informa esta entidad es de más de US$2.500 millones de dólares, sólo por concepto de precio de venta, según el método del valor libro. El 30% de los ingresos percibidos por las privatizaciones fue a la CORFO y se destinó a otorgar créditos para la adquisición de acciones de empresas. Según la CORFO en el período 74-78 vendieron 95 empresas: diez a sociedades y personas jurídicas nacionales y extranjeras, 47 a empresas nacionales, 21 a personas naturales nacionales, 16 a trabajadores de las empresas y 1 a una cooperativa. Agrega que las acciones bancarias se vendieron a 5.463 personas naturales y jurídicas y el Banco O”Higgins a 35 cooperativas agrícolas. Debido a la descapitalización del sector privado, la CORFO entregó gran cantidad de créditos, sin exigir patrimonio, lo que la obligó, posteriormente, a perdonarlos, o “castigarlos”, es decir rebajarlos, con la consiguiente pérdida patrimonial[3]”.

    Como se expresa en el párrafo anterior, el neoliberalismo para establecerse y sentar sus bases traspasa los recursos del Estado a los privados para que éstos, los empresarios, compren las empresas públicas que se están rematando. Esto es la primera manifestación del modelo subsidiario, antes que sea consagrado en la constitución de 1980. Muchos de los créditos que entrego CORFO a los empresarios para que adquirieran las empresas públicas nunca fueron cancelados, lo que finalmente se tradujo en un regalo o donación a los más ricos y poderosos del país.

    Gariazzo explica que “debido a la insolvencia de los deudores y la crisis de 1982, muchos bancos privatizados quebraron, lo que llevó al gobierno a realizar intervenciones reguladoras en 16 instituciones financieras, algunas para ser liquidadas y otras para que recuperaran su solidez financiera. Estas fueron posteriormente reprivatizadas. Se liquidó el Banco Hipotecario de Chile, el Banco Unido de Fomento y la Financiera CIGA SA. Se intervino el Banco Chile, el Banco de Santiago, el Banco Concepción, el Banco Internacional y el Banco Colocadora Nacional de Valores que entraron en un régimen de administración provisional. Todos ellos representaban hacia fines de 1982 un 40% de las colocaciones del sistema. Se intervinieron las recién creadas AFP PROVIDA y Santa María, la ISAPRE Luis Pasteur; y empresas como COPEC, INFORSA, Celulosa Arauco, Celulosa Constitución (estas dos últimas, hasta 1973 eran propiedad del Estado)[4]”. El neoliberalismo bajo la lógica subsidiaria, no permite el curso normal del mercado económico, por el contrario sale a defender a los empresarios nacionales, no permitiendo que sus empresas quiebren, rescatándolos con los recursos de todas y todos los chilenos, la lógica del rescate financiero se ejecuta actualmente a nivel mundial, y eso lo pudimos observar claramente en la crisis Subprime, donde los Estados traspasaron a la banca privada más de $16 billones de dólares. Después de 1987 se privatizaron las últimas cuarenta empresas estatales, entre las que se destacó: el Banco Chile, ENDESA, ECOM y EMEL.

    En un mercado normal, donde existe la libre competencia, las empresas nacen, crecen y se desarrollan según sus cualidades y capacidades, y si estas no tienen la capacidad de competir con otras en el mercado, ellas, como es lógico, deben desaparecer o reinventarse. Este principio es el que constantemente nos explican desde los gobiernos tanto de la concertación y la ultra derecha, incluso estas coaliciones aseguran que los mercados deben abrirse a más competencia, dando a entender que esta es beneficiosa para la población, la que podrá acceder a mejores productos, bienes y servicios y más baratos. En Chile ocurre todo lo contrario, ya que gracias a las políticas neoliberales y su premisa de crecimiento bajo la inversión directa lo que se ha producido es una mayor concentración de la economía nacional.

    En este mismo marco es necesario exponer que en Chile, al año 2015 existían en el país un total de 1.074.040[5] (un millón setenta y cuatro mil cuarenta) empresas privadas, de las cuales 14.172 son consideradas como grandes, y de estas el Rankin de las mayores empresas chilenas contempla solo 500[6], donde menos del 15% de ellas  se dedican a la producción de bienes y a la alimentación, las restante son financieras, servicios, comercio y transportes.

    Es necesario destacar que del Rankin de las 500 mayores empresas chilenas, la gran mayoría de ellas fueron de propiedad Estatal, o financiadas por CORFO. Al mismo tiempo, al observar el listado de este Rankin, nos percatamos que muchas de las empresas que figuran son divisiones o filiales de empresas mayores, lo que significa que la propiedad de estas se encuentra concentrada en un grupo muy reducido de personas, en otras palabras estamos hablando de monopolios y oligopolios, agrupaciones empresariales que, por su condición, están en contra de la existencia de un libre mercado, lo que indica que los precios de los bienes y servicios son definidos exclusivamente por los empresarios, hecho que en Chile conocemos como colusión.

    Las privatizaciones, no solo deben ser entendidas como el traspaso de la propiedad de todos los chilenos y chilenas a manos privadas, ya que también implica el despido masivo de trabajadores y trabajadoras. Esto es producto de que los nuevos propietarios de dichas unidades productivas para maximizar sus ganancias, inician un proceso de eliminación de fuentes de empleo formal, la que se agrava con el término de la política proteccionista de la empresa nacional, expresada en la apertura económica a bienes importados, que genera la quiebra y desaparición de múltiples compañías privadas nacionales. La promesa neoliberal de generar más plazas de empleo y mejorar las condiciones de vida de la población, con estas acciones es desmentida. Al mismo tiempo se sienta un precedente, que indica que la inversión privada va a estar dirigida a la compra de empresas creadas y funcionando, y no al desarrollo de nuevas unidades productivas. Este mismo proceso va eliminando un conjunto de bancos público-privados, que tiene como consecuencia la concentración de la banca y al mismo tiempo la concentración o monopolización de las fuentes de créditos.

    Por lo general, la monopolización del crédito o los préstamos no es un tema considerado en la discusión política y económica, ya sea porque no se comprende su relevancia o porque no se observan sus diversas consecuencias. La monopolización del sistema financiero, no es más que la existencia de un grupo reducido de bancos, los que tiene la posibilidad no solo de dar créditos, si no que al mismo tiempo, son empresas con posibilidades de conseguir recursos del extranjero. Estas dos condiciones instalan la concentración del poder del dinero en muy pocas manos, situándolos en una posición privilegiada en el mercado que permite imponer el valor de las tasas de interés tanto a las personas como a las empresas, hecho que aumenta los costos de financiamiento para cualquier proyecto.

    Por otro lado, una gran diferencia entre desarrollismo y crecimiento económico, es que el primero, presenta una lógica de diversificación en el plano productivo, es también asociado con el proceso de sustitución de importaciones, característico del Chile pre-tiranía, hecho constatado por Dahse, cuando exponía que las empresas del Estado abarcaban todo el que hacer económico tanto en el plano productivo así como el de servicios. Es producto de esto, que en el Chile desarrollista existían empresas que producción desde autos a refrigeradores. Esta postura política y económica tiene una lógica específica, la que por un lado, es dejar de ser un país dependiente de materias primas, o mono productor, y por otro, ampliar las cadenas productivas, la que se expresan en la generación de fuentes de empleo formales, relativamente seguras y permanentes.

    La promesa neoliberal expresada en El Ladrillo, se convierte en todo lo contrario, ya que toma una economía medianamente desarrollada y la transforma en una rentista, ya que convierte a Chile en un Estado que genera sus ingresos principalmente de actividades extractivista de materias primas, que se expresan en la destrucción de los recursos naturales en pos de una ganancia inmediata. Producto de esta condición, nuestro país ha retrocedido desde el punto de vista económico a una situación similar al que se vivía en la colonia, periodo en que éramos una nación pre-industrial, agraria y dependiente de materias primas.

 

Como se ha expuesto con anterioridad, este modelo económico, mal llamado nuevo liberalismo, persigue limitar la aparición de grandes grupos sociales, como los sindicatos, en el quehacer político y social del país, limitando las manifestaciones organizadas contra el modelo de dominación, en otras palabras frenar los avances del socialismo.

    Lo expuesto tiene la finalidad de asegurar que, el neoliberalismo cambia al sujeto histórico de los procesos de desarrollo y modernización, bajo el entendido que este, en el capitalismo era el empresario industrial, que utilizaba su dinero para la creación de nuevas unidades productivas, por el contrario, en este modelo el nuevo sujeto social es el banquero financiado y respaldado por el Estado. Esto cambia las lógicas de inversión, ya que la instalación del neoliberalismo se realiza por medio de dinero prestado (financiamiento) por las instituciones bancarias, hecho facilitado con el cambio del marco normativo y regulatorio de las empresas, conocido como “desregulación económica”, que establece que los créditos no pagan impuestos, ya que son deuda. La monopolización de la banca tiene como consecuencia la concentración del poder económico y político de un país.

    El cambio del sujeto histórico del desarrollismo al neoliberalismo, tiene una condición ideológica dramática, ya que el Estado le traspasa su responsabilidad social al empresario, estableciendo que este ahora es el responsable de dar soluciones a los problemas sociales, es en esta lógica que el Estado traspasa la educación, la salud, la vivienda y la responsabilidad de superar la pobreza a este sujeto, omitiendo que el objetivo básico y fundamental de todo empresario es buscar su lucro personal. Esta postura ideológica solo viene a precarizar más aún las condiciones de vida de la población, debido a que el empresario en ningún caso asume dicha responsabilidad, lo que obliga a la población a sumir la responsabilidad de generar sus propias fuentes de empleo para poder subsistir.

    Hasta el momento hemos estado exponiendo las diferencias entre desarrollo y crecimiento, sin embargo, aún no se ve de forma tan explícita, por lo que para ir finalizando este artículo, lo describiremos más claramente. En la actualidad en nuestro país se habla cotidianamente de crecimiento económico, y nos dan a entender que en la medida que este aumente las condiciones materiales de vida de la población mejorarán significativamente. Este crecimiento económico se mide específicamente a partir de la inversión extranjera, la que según las estadísticas han bajado sistemáticamente en los últimos años. El tema es que independientemente de la mayor o menor inversión extranjera directa, eso nunca se traducirá en desarrollo, y esto es muy fácil de explicar, ya que toda o la gran mayoría de esta inversión se realiza sobre empresas existentes, expresada principalmente en fusiones entre diversas compañías, lo que quiere decir que, no se invierte en nuevos proyectos productivos que generen nuevas plazas de empleo, por el contrario, todas las fusiones de empresas y compañías tienen un único resultado, la perdida de fuente de empleos de trabajadoras y trabajadores, los que se explica por una condición básica de los empresarios, independiente del modelo ideológico que lo sustente, que es el aumento de sus ganancias, y como lo indica Hugo Fazio “una de las medidas de ahorro de costos más reiteradas en los procesos de fusión y adquisiciones (de empresas) es el despido de personal[7]”.

    La promesa neoliberal expuesta en El Ladrillo de los gremialistas, y los subsecuentes discursos, cambiaron el concepto de desarrollo y lo asimilaron a crecimiento económico, otorgándole un significado similar, que asegura que en la medida que este se produzca lograremos salir de la pobreza y el subdesarrollo, ya que gracias al crecimiento económico se crearan más y mejores fuentes de trabajo para nuestro pueblo, hechos que son fáciles de refutar.

    Finalmente, el neoliberalismo es un engaño, ya que como expusimos con anterioridad, esta propuesta política realizada por Von Hayek postulaba que era necesario volver a los principios básicos del liberalismo clásico, en otras palabras retroceder 300 años en la historia, por otro, transforma a economías semi-desarrolladas en Estados rentistas, mono-productores de materias primas, condición que tiene como resultado la sobre explotación de los recursos naturales y transformar a los países en economías dependientes de la demanda internacional de dichas materias primas. Paralelamente, el neoconservadurismo fortalece su posición mediante la apropiación de las empresas públicas, las que adquiere con una mínima inversión y con dinero prestado por el mismo Estado (modelo subsidiario) que le está traspasando dichas unidades productivas, en este proceso destruye las fuentes laborales formales de las y los trabajadores, la que aumenta gracias a la desregulación económica fortalecida con la apertura a los mercados internacionales que generan una competencia desleal que tiene como consecuencia la desaparición de la gran mayoría de la empresa productiva nacional, la que gracias a esto, destruye miles de plazas de empleo. El neoliberal o los nuevos conservadores le tienen terror al mercado, ya que la competencia significa la posibilidad de perder, producto de esto, ellos ya no invierten sus propios recursos, por eso ahora solicitan préstamos y créditos al sistema financiero para hacerlo, y en este proceso gracias a las leyes nacionales, ellos, los empresarios, ya no pagan impuestos, pues estos se cancelan sobre la ganancia y no sobre las deudas como lo son los créditos. El neoconservadurismo finalmente termina traspasando la responsabilidad del empleo al ciudadano y a la ciudadana, la que debe, bajo la promesa del sueño americano, transformarse en micro-empresario para poder subsistir o sobre-vivir en esta realidad.

Mario Paz Montecinos

Secretario de Los Hijos de Mafalda

“El Mayor Compromiso Con Nuestro Pueblo Es La organización.

Súmate Al Trabajo de Los Hijos de Mafalda”

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[1] Dahse F. Mapa de la Extrema Riqueza. Los Grupos Económicos y el Proceso de Concentración de Capitales. Página 176. Chile 1979.

[2] https://www.svs.cl/institucional/mercados/consulta.php?mercado=O&Estado=VI&consulta=EMPUB

[3] Gariazzo A. Las privatizaciones 1973-1990, el mayor saqueo al Estado de Chile. https://www.elclarin.cl/web/opinion/15499-las-privatizaciones-1973-1990-el-mayor-saqueo-al-estado-de-chile.html

[4] Gariazzo A. Las privatizaciones 1973-1990, el mayor saqueo al Estado de Chile. https://www.elclarin.cl/web/opinion/15499-las-privatizaciones-1973-1990-el-mayor-saqueo-al-estado-de-chile.html

[5] https://www.sii.cl/estadisticas/empresas_tamano_ventas.htm

[6] https://rankings.americaeconomia.com/2012/las-500-mayores-empresas-de-chile/ranking-500-chile-251-300.php

[7] Fazio H. La Transnacionalización de la Economía Chilena. Mapa de la Extrema Riqueza al año 2000. Página 9