Por Mario Paz, Secretario de los Hijos de Mafalda
Vivimos en un país maravilloso, el que avanza raudamente hacia el desarrollo. Por lo tanto, somos un país espectacular, donde el ingreso promedio percápita anual es de 20 mil dólares, lo que representa (a una tasa de cambio promedio de $525 pesos) $10.500.000, (diez millones quinientos mil pesos) al año, o en otras palabras, un ingreso mensual promedio percápita de $875.000 pesos.
Si efectivamente, el salario promedio mensual percápita en Chile es de $875.000, con este ingreso, las personas no deberían tener problemas económicos, y las familias menos, ya que el ingreso mensual de una familia de 4 integrantes debería ser de $3.500.000 (tres millones quinientos mil pesos). Con estos ingresos nadie en Chile tendría problemas económicos.
El problema es que, los montos representan un promedio que no tiene nada que ver con la realidad cotidiana que vivimos la mayoría de los chilenos. Efectivamente, algunos ciudadanos ganan incluso mucho más que estos ochocientos cincuenta mil pesos, lo que en ningún caso es negativo, todo lo contrario, todos los chilenos debiéramos aspirar a tener un salario mensual que nos permita satisfacer todas nuestras necesidades básicas, y que además nos permitiera ahorrar, y disponer de recursos para salir de vacaciones. Pero por desgracia esto no es así.
Los salarios en nuestro país, tienen el objetivo de satisfacer medianamente nuestras necesidades más básicas, pero nada más, por lo tanto, debemos buscar y rebuscar diversos mecanismos para poder dar satisfacción a nuestras necesidades de alimentación, vestido, vivienda, educación, y salud entre otras.
Entre los diversos mecanismos para complementar nuestros ingresos, se encuentra: el aumentar las horas de trabajo, o buscar un segundo trabajo con horario libre, o inventar un negocito o “matute”, o ponerse los fines de semana en la cola de las ferias y persas de nuestras poblaciones, a vender cualquier cosa, incluso nuestras pertenencias que tanto nos ha costado adquirir. Pero sí todas estas alternativas de complemento económico no dan respuesta a la satisfacción de nuestras necesidades, siempre tenemos el último recurso, que es pedir prestado, acción que en tiempos pasados nos hubiera avergonzado, aunque hoy en día, el pedir prestado a pasado a ser algo totalmente común y natural.
El pedir prestado o endeudarse, hoy en nuestro país es algo totalmente natural, ya que si te falta dinero para las compras del mes, vas al supermercado y compras con la tarjeta de crédito, si necesitas ropa o zapatos o algún electrodoméstico, sencillamente asistes a una casa comercial y la compras con dinero plástico, si deseas comprar una vivienda ya sea casa o departamento, tú sabes que debes recurrir a un banco y que esta entidad financiera te otorgará el crédito que te permita comprarla, lo mismo ocurre con la compra de algún vehículo motorizado. Todo esto ocurre específicamente, porque tu salario no te permite ahorrar para comprar lo que necesitas, ello asociado con la necesidad imperiosa de obtener inmediatamente lo que se desea, conducta totalmente infantil e individualista.
Los bajos salarios y la conducta infantil inmediatista, finalmente han determinado que el 68%[1] de las familias chilenas estén endeudadas.
En Qué Momento Comenzamos a Endeudarnos
El proceso de endeudamiento de la población nacional, se produce a partir de los años 80, década que el país enfrenta una de sus perores crisis económicas, reflejada en altas tasas de cesantía, producto del proceso de destrucción de la industria nacional. A pesar de dicha crisis, la economía nacional debía seguir funcionando, para esto se requería de la mantención y aumento del consumo interno, situación que facilitó el acceso al crédito para estimular el consumo. A partir de este periodo, el crédito comienza a adquirir una progresiva importancia en la población nacional. Desgraciadamente la contratación de créditos, cada vez se fue haciendo más fácil, lo que finalmente terminó generando un nivel de endeudamiento por encima de la capacidad de los ingresos familiares.
En Chile, el endeudamiento ha llegado a niveles desproporcionados y muy preocupantes, tanto es así que, “actualmente el 60% del sueldo de los sectores medios y medios bajos es destinado al pago de alguna deuda, pudiendo ser ésta comercial, hipotecaria o de consumo (CASEN 2006). Desde el punto de vista del Servicio Nacional del Consumidor las deudas no deberían superar más del 40% del presupuesto mensual, por lo tanto, la situación de endeudamiento promedio que la sociedad chilena presenta es significativamente alta, posicionándose como un elemento de suma relevancia en las estrategias de consumo que ha adquirido la población chilena”.
La información de la CASEN 2006, más la afirmación realizada por el Servicio Nacional del Consumidor, establecen que estamos sobre endeudados, y dicho fenómeno en lugar de solucionarse se ha mantenido e incluso se ha agravado. Este hecho es conocido por las diferentes autoridades del país, y a pesar de ello, en el año 2008, a la población nacional se le “habían entregado un total de 29.000.000 (veintinueve millones) de tarjetas de crédito no bancarias para una población económicamente activa de 6.500.000 de habitantes[2]”. Esta situación la podemos establecer como un descuido de la autoridad económica del país, o podemos ser mal pensados, y establecer que dicha negligencia de las autoridades políticas y económicas chilenas, sólo responden al mandato entregado por los empresarios chilenos, que son los dueños del país, dueños dominados por una codicia irreprimible, que no les permite pensar la crisis económica y social que se está incubando por los altos niveles de endeudamiento. Y podríamos ser más mal pensados, y establecer que estos altos niveles de endeudamiento nos es más que una estrategia del empresariado nacional, que busca apropiarse de los recursos del Estado vía condonación de la deuda.
Muchos podrían pensar que el endeudamiento, es un problema que sólo afecta a los trabajadores y trabajadoras, o personas que reciben un ingreso mensual, dicho pensamiento está totalmente errado, ya que las casa comerciales han entregado tarjetas de crédito en forma indiscriminada, ejemplo de ello, es ver como muchas de estas empresas o casas comerciales, asisten a las diferentes ferias de las poblaciones a ofrecer el dinero plástico, entregándolas principalmente a dueñas de casa que no tienen un ingreso permanente. Otro ejemplo de ello, se observa cuando las entidades bancarias, asisten a las diferentes universidades del país a entregar dinero plástico, con el fin de endeudar a jóvenes estudiantes que no tienen ingresos, es así que el “37% de jóvenes de 18 a 29 años está endeudado, según datos entregados por INJUV”. Estos jóvenes, una vez terminada su carrera estarán endeudados a dos bandas, o de partida doble, ya que por un lado saldrán debiendo el “Crédito con Aval del Estado”, y por otro lado, tendrán una deuda bancaría asociada al dinero plástico entregado por los bancos en forma indiscriminada.
Lo grave de esta situación es que, a pesar de todas las advertencias que se pueda realizar con respecto a no endeudarse, la población nacional lo debe hacer de igual forma, ya que su salario no alcanza para satisfacer sus necesidades más básicas, tanto es así que, en la actualidad el 79% de la población nacional realiza compras vía crédito, situación que se agrava aún más debido a que el 99% de las personas, que compran vía crédito no entiende como se calcula el costo final de dicho crédito.
Tipo de Endeudamiento en Chile.
La deuda de las personas y las familias pueden ser clasificadas según áreas de consumo o de necesidades, es así que, “el porcentaje de hogares con deudas bancarias mediante préstamos de consumo aumentó de un 15,3% en 2010 a un 16,5% dos años más tarde”. Cuando vemos las cifras en porcentaje, no resultan ser muy significativas, pero al transformarlas a número de familias, la situación cambia. Por ejemplo, cuando establecemos que el 16,5% de las familias tienen una deuda de consumo NO hipotecaria con los bancos, estamos diciendo que, son un total de 701.250 (setecientos un mil doscientas cincuenta) familias endeudas, lo que al multiplicarla por 4 personas que componen el núcleo familiar promedio, nos permite establecer que este 16,5% de las familias endeudadas representan a 2.805.000 (dos millones ochocientos cinco mil) personas.
También se produjo un mayor endeudamiento de los hogares, por medio del sistema “avances en efectivo”, que casi se duplicó, del año 2010 al 2012. En el 2010, la deuda de los hogares era de un 3,5%, ya para el año 2011-2012 ésta había aumentado a un 5,8%. Esto significa que tenemos un total de 246.500 familias que se vieron en la necesidad de realizar avances en efectivo para satisfacer sus necesidades.
Por otro lado, los hogares chilenos que declararon tener deudas de carácter educacional en el año 2010 eran un total de 4,6%, y para el periodo comprendido entre 2011-2012, el porcentaje de familias endeudadas sumaban un total 5,5%. Estos resultados, sólo representan una constante que seguirá en aumento, ya que las familias no tendrán mayores inconvenientes en seguirse endeudado con el objetivo de dar educación y una profesión a sus hijos.
Pero no todo fue malo, ya que el porcentaje de domicilios que asumieron deudas con tarjetas de crédito bancarias mostró un leve retroceso, pasando de 14,3% en 2010 a 14% en 2011-2012. Debemos estar felices, ya que 12.750 familias han dejado de endeudarse con tarjetas bancarias. El problema es que a pesar de dicha disminución, siguen existiendo 595.000 familias endeudadas con este sistema.
El mayor éxito descubierto en la investigación del Banco Central, es constatar que las deudas con tarjetas de crédito de casas comerciales, se redujeron de 45,3% a un 44,8% de los hogares. Este dato es uno de los más relevantes del estudio, ya que es el Banco Central de Chile, el que establece que, el salario del 44,8% de los chilenos no les permite satisfacer sus necesidades básicas, por lo tanto, se deben endeudar. En otras palabras, existen en Chile un total de 1.904.000 (un millón novecientas cuatro mil) familias que están endeudadas con casas comerciales, y estas familias representan un total de 7.616.000 (siete millones seiscientos diez y seis mil) personas, casi la mitad de los chilenos.
La deuda hipotecaria total, por su parte, se redujo 0,2 puntos porcentuales, pasando de 18% de los hogares a 17,8%.
Finalmente, a nivel nacional, la medición 2011-2012 reveló que un 68% (2.890.000) de los hogares declaró tener deuda, de la cual un 58,3% (2.477.750) es consumo y 15,2% hipotecaria[3].
Para terminar este apartado, y a modo de resumen, el 68% de las familias chilenas, que son un total de 2.890.000, están endeudadas, y como lo asegura la CASEN, estas familias destinan el 60% de todos sus ingresos al pago de dichas deudas, lo que significa que les resta solamente un 40% de su salario para poder satisfacer sus necesidades básicas, recursos que, como todos podrán entender, no le alcanza para financiar ni los primeros 15 días del mes, por lo tanto, se ven en la necesidad de endeudarse nuevamente. A esta situación la podemos denominar el ciclo sin fin de la vida, ciclo que se genera específicamente porque los trabajadores y trabajadoras reciben un salario mísero, que no les permite cubrir sus necesidades más básicas.
El Endeudamiento de Los Jóvenes.
El endeudamiento es un problema grave, tanto así que, uno de los empresarios más poderosos del país lo reconoce, “Andrónico Luksic C dice que la catástrofe financiera derivada de la crisis de endeudamiento hipotecaria subprime se originó en Estados Unidos, debido a la negligencia de sus autoridades políticas y económicas, a la irresponsabilidad de sus reguladores y a la codicia irreprimible y adicta de algunos de sus dirigentes financieros privados”, por lo tanto, si lo dice Luksic, algún caso deberemos hacer, sobre todo si el endeudamiento se produce en los jóvenes de nuestra nación.
Como ya lo hemos señalado, con la información expuesta en octubre de 2013 por el Instituto Nacional de Juventud (INJUV), quien nos asegura que “en septiembre de este año, el 37% de los jóvenes entre 15 y 29 años declara tener deudas, créditos o préstamos a su nombre, cifra que alcanza un 47% en los jóvenes de entre 25 y 29 años[4]”, a lo que debemos agregar que un estudio de académicos de Chile y Estados Unidos, asegura que “si el Estado no realiza una compra de cartera de los jóvenes endeudados que habrá hasta el 2016 (generación 2012-2016), los afectados sumarán más de 600 mil, los que acumularán una deuda de US$5.000 millones[5]”.
Como se puede observar la situación, no puede ser presentada como grave, ya que es catastrófica según lo expuesto en los diferentes estudios, tanto es así que, “los profesores proponen que el Fisco emita un bono para saldar la morosidad”, solicitud apoyada por el Banco Mundial.
El que los jóvenes estén endeudados antes de titularse, es un problema para el modelo económico imperante en Chile, y esto se explica por diversos factores, tales como que el mercado chileno es reducido, por lo tanto, si tenemos 600 mil profesionales recién egresados con deudas a 10, 20, o 30 años, esto elimina la posibilidad de que se sigan endeudando, tanto así que estos nuevos profesionales estarán imposibilitados a comprarse una casa vía crédito hipotecario, o comprarse un autito, o endeudarse para visitar otros países.
La deuda de los jóvenes a futuro es un limitante para las empresas bancarias, ya que no contarán con clientes a quien poder seguir endeudando, lo que terminará con una grave crisis bancaria en el país.
Producto de esta situación, es que académicos de Chile y Estados Unidos, apoyados por el Banco Mundial, establecen la necesidad de que el Estado chileno, compre la deuda de los jóvenes endeudados, con el objeto de evitar la crisis bancaria que se avecina por el alto endeudamiento de los jóvenes en particular de los ciudadanos en general.
¿Qué Significa que el Estado chileno Compre la Deuda de los Jóvenes?
Que el Estado chileno compre la deuda de los jóvenes, significa un gran negocio para los bancos nacionales, ya que por un lado, el Estado pagará al contado el dinero que deben los jóvenes chilenos, pago que incluirá los intereses pactados con los deudores. Esta acción significa entregarle dinero contante y sonante a las entidades financieras, posibilitando un importante flujo de caja, inyección de dinero en efectivo para que dichas entidades puedan seguir haciendo negocio. Que los bancos puedan cobrar la deuda de los jóvenes, implica que el valor de la entidad bancaría aumentará considerablemente, esto quiere decir que los bonos y acciones de dichos bancos subirán de precio.
El pago de la deuda de los jóvenes, para los bancos, significará que tendrán 600 mil ciudadanos recién egresados, que tendrán la necesidad de adquirir vivienda, y enceres para hacerla habitable, además de que muchos de estos nuevos profesionales también pretenderán comprarse un auto, acción para la cual también requerirán créditos. La compra de las carteras vencidas de los jóvenes por parte del Estado permitirá que estos mismos jóvenes se puedan volver a endeudar sin ningún problema, aumentando su cartera de clientes.
Si la propuesta de los académicos chilenos y estadounidenses, apoyados por el Banco Mundial, se termina ejecutando, esto implicará que dicho pago se realizará vía recursos fiscales, obtenidos principalmente de los impuestos que pagamos todos los chilenos, independientemente de que mandemos a nuestros hijos a estudiar a la universidad, o independientemente de si nuestros hijos tengan deuda o no, el Estado chileno ejecutará el modelo subsidiario, bajo el discurso de liberar a los jóvenes de sus deudas, pero el verdadero fin de esta acción no será ni más ni menos el hacer ricos a los más ricos, con el dinero de todo el pueblo.
Finalmente, si nosotros fuéramos mal pensados, podríamos especular que, el sobre endeudamiento, es una estrategia de los empresarios propietarios de los bancos, que tiene el objeto de transformar al Estado chileno en una caja recaudadora, que beneficie directamente a los empresarios. Pero en realidad no hay que ser mal pensados para entender que la función de un Estado subsidiario, es entregar el dinero del pueblo a los empresarios, que son los más ricos de los ricos.
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[1]INSTITUTO EMISOR PUBLICÓ AYER LA ENCUESTA FINANCIERA CORRESPONDIENTE AL PERÍODO 2011-2012. Banco Central: baja endeudamiento promedio de los hogares en la Región Metropolitana. Jueves 30 de mayo de 2013 https://m.df.cl/banco-central-baja-endeudamiento-promedio-de-los-hogares-en-la-region-metropolitana/prontus_df/2013-05-29/213746.html
[2] R. Samsing A. Director CONADECUS. Endeudamiento Consumidores. MIÉRCOLES, 9 DE ABRIL DE 2008
[3] INSTITUTO EMISOR PUBLICÓ AYER LA ENCUESTA FINANCIERA CORRESPONDIENTE AL PERÍODO 2011-2012. Banco Central: baja endeudamiento promedio de los hogares en la Región Metropolitana. Jueves 30 de mayo de 2013 https://m.df.cl/banco-central-baja-endeudamiento-promedio-de-los-hogares-en-la-region-metropolitana/prontus_df/2013-05-29/213746.html
[4] https://radio.uchile.cl/2013/10/18/educacion-es-el-principal-motivo-de-endeudamiento-de-la-poblacion-joven-de-chile Viernes 18 de octubre 2013
[5] Cristián Llanos Rivas. Subdepto. Actuarial “Endeudamiento en los Hogares Chilenos” Beneficiarios del Crédito con Aval del Estado. ¿Una generación endeudada?. Pulso Sección: En Portada Página(s): 4-5. 2013-10-14